La cadena oscicular
Las láminas 1.2 y 1.4 muestran las relaciones anatómicas de los tres huesillos del oído. A más de 800 Hz funciona como uno solo y transmiten las vibraciones del tímpano (al que están unidas las apófisis larga y externa del MARTILLO) a la ventana oval, sobre la que descansa la base del ESTRIBO.
Estos huesillos, con una suspensión perfecta, no solo transmiten vibraciones casi sin distorsión, sino que suministran parte de la energía adicional necesaria al pasar la vibración de un medio de conducción poco denso, el aire, a otro más denso, la PERILINFA. Esto se logra, en parte, por el sistema de palancas que constituyen los huesillos. Como el YUNQUE es más corto que la apófisis larga del martillo, se reduce la amplitud de las vibraciones al llegar a la ventana oval, pero se aumenta su potencia en una proporción aproximada de 2 a 1.
Un factor aún más importante para aumentar la energía de las vibraciones transmitidas al oído interno es la diferencia en las áreas relativas de la M.T. y la V.O. La presión sonora recibida por el área mucho más extensa de la M.T., aumenta aproximadamente en proporción de 10 a 1 cuando se transmite al área mucho menor de la V.O.
Sistema Auditivo Humano
Fisiología del sistema auditivo humano
El oído humano puede percibir una extensa serie de frecuencias (aproximadamente de 16 Hz hasta 20,000 Hz). Sin embargo, las variaciones individuales son enormes. Por regla general, la percepción de las altas frecuencias es mejor en la infancia y disminuye gradualmente con el tiempo, de manera que al adulto normal se le dificulta oír las frecuencias que pasan de 10,000 Hz o 12,000 Hz.
En la vejez aparece una afección llamada PRESBIACUSIA, en la que la percepción del oído por conducción aérea u ósea disminuye a medida que las frecuencias son más altas.
La intensidad sonora se expresa por decibeles cuyo símbolo es dB; 0 dB corresponde a una intensidad apenas perceptible, 20 dB indica un sonido 100 veces más intenso, mientras que un sonido de 60 dB es un millón de veces más intenso. A una distancia entre 1 y 2 metros, un susurro produce 20 dB y una conversación normal produce unos 60 dB. A 10 m de distancia un martillo neumático produce un sonido de 100 dB, es decir 10, 000 millones de veces más intenso que el escasamente audible. Esta es la enorme serie de intensidades que podemos percibir.